Autora: Alba González Aparicio, educadora social
¡Hola a todas!
Bienvenidas a esta nueva entrada del blog, en la que quiero hablaros sobre un fenómeno que, aunque es común hoy en día, sigue siendo una problemáticainvisible: el sharenting. Este término anglosajón surge de unir las palabras share (compartir) y parenting (crianza) y hace referencia a la práctica de las familias de compartir fotos e información de sus hijos e hijas en redes sociales. Aunque esta práctica parece inofensiva, tiene efectos importantes que afectan la privacidad, seguridad y bienestar de la infancia y adolescencia, algo que no siempre se toma en cuenta.
¿Qué es el sharenting?
El sharenting es una práctica que comienza, muchas veces, desde antes del nacimiento de la niña o niño, cuando las familias comparten ecografías y momentos clave de su vida en redes sociales. Este fenómeno genera quela infancia tengan una “identidad digital” desde los primeros meses de vida.
De acuerdo con estudios como el de AVG Technologies, la mayoría de los niños y niñas adquieren una presencia digital desde los 6 meses de edad, impulsada por el deseo de su familia de compartir recuerdos con sus amistades y comunidad.
No obstante, el alcance de estas publicaciones no es el mismo en una red privada que en un perfil de acceso público. Aquí es donde las familias deben ser conscientes del “filtro” que aplican al compartir estas imágenes, ya que el impacto puede variar drásticamente en función del acceso que tengan otras personas a ese contenido.
¿Cómo afecta el sharenting a la infancia?
La infancia y la adolescencia son etapas cruciales para el desarrollo humano, donde niñas, niños y personas adolescentes van construyendo su identidad y personalidad a partir de sus experiencias y relaciones. Sin embargo, la sobreexposición digital a la que son sometidos desde temprana edad puede tener consecuencias negativas, entre ellas:
- Pérdida de privacidad y creación de un historial digital:
Al compartir continuamente fotos y momentos de la vida de la infancia, la familia contribuye a la creación de una huella digital que podría condicionar el futuro de sus hijas e hijos, tanto en el ámbito personal como laboral. Esta “biografía digital” está fuera del control del niño o niña, quien no ha podido opinar sobre lo que se publica. - Riesgo de explotación comercial:
En algunos casos, la infancia pasa de ser figuras dentro del entorno familiar a convertirse en “trabajo”, o peor aún, en productos para atraer a consumidores en redes sociales. Muchos y muchhas influencers y cuentas de alto perfil explotan la imagen infantil como una herramienta para vender productos, lo cual, además de afectar su privacidad, puede impactar su percepción de la intimidad y seguridad en su propio hogar. - Efectos psicológicos y sociales:
La exposición constante al juicio del público en redes sociales abre la puerta a posibles consecuencias psicológicas, como inseguridades o baja autoestima, así como al acoso o bullying. De hecho, recientemente, un caso conocido en el que un niño fue comparado en redes de forma despectiva con un futbolista, destaca cómo las publicaciones pueden ser usadas en su contra y afectar su bienestar emocional. - Riesgos de seguridad:
Una foto inocente de un niño en la playa puede ser vista y descargada por cualquier persona, incluidos depredadores que podrían darle un uso inapropiado. Además, la ubicación que se muestra en muchas publicaciones puede exponer a la infancia a riesgos adicionales, como encuentros no deseados con desconocidos o la posibilidad de ser localizados.
Educación Social como protector de la privacidad infantil
Para contrarrestar estos riesgos, la educadora social se posiciona como una figura clave en la protección de los derechos de los menores. Su papel es fundamental para concienciar a las familias sobre los peligros de compartir en exceso y guiarlas en la toma de decisiones responsables.
El trabajo de la educadora social se basa en tres áreas de intervención:
1. Concientización: educar a las familias sobre los riesgos del sharenting y la importancia de proteger la privacidad de sus hijos e hijas.
2. Protección: brindar herramientas y estrategias que ayuden a limitar la exposición de la infancia en redes sociales.
3. Apoyo: acompañar a las familias en el proceso de toma de decisiones digitales seguras para que la infancia crezca en un entorno protegido.
Proyecto “Compartir en la era digital:
Un dilema de los padres sobre la privacidad”
Este proyecto que he creado promueve una crianza consciente y responsable en la era digital, ofreciendo a las familias herramientas para proteger la privacidad y seguridad de sus hijos e hijas en redes sociales. Esta iniciativa busca que las familias sean más conscientes de la información que comparten y de los efectos a largo plazo de estas decisiones.
Para quienes estén interesados en profundizar más sobre este fenómeno y el proyecto mencionado, pueden acceder al documento completo de forma gratuita PULSANDO AQUÍ.
Un abrazo,
Alba Glez. Aparicio