¡Hola compis!
La Educación Social aporta una perspectiva integral que complementa el trabajo psicológico, abarcando tanto el ámbito terapéutico como el educativo y social. Pero, ¿Cuál es exactamente nuestra función en un gabinete de psicología?
1. ACOMPAÑAMIENTO SOCIOEDUCATIVO
La educadora social trabaja desde una perspectiva global, abordando no solo los aspectos individuales de la persona, sino también su contexto social, familiar y comunitario. En un gabinete de psicología, su papel es fundamental para identificar factores externos que puedan estar influyendo en el bienestar emocional y psicológico de la persona. De este modo, no solo se centran en el tratamiento de síntomas, sino en la mejora de las condiciones de vida que rodean al individuo.
2. Trabajo con colectivos vulnerables
Uno de los ámbitos donde la educadora social se hace más visible es en la atención a colectivos en situación de vulnerabilidad: menores en riesgo, personas con discapacidad, víctimas de violencia de género…entre otros. En colaboración con el área de psicología, nuestra función es detectar las necesidades específicas de estos colectivos y proponer acciones que promuevan su desarrollo personal y social. En este sentido, nuestra intervención no se limita al gabinete, sino que también puede implicar visitas domiciliarias, coordinación con otras instituciones (educativas, sanitarias, sociales) y seguimiento del progreso.
3. Prevención y promoción del bienestar
Además de la intervención directa, la educadora social tiene un papel clave en la prevención de situaciones de riesgo o exclusión social. En un gabinete de psicología, esto se traduce en la planificación y ejecución de programas que promuevan el bienestar emocional en diferentes etapas de la vida (niñez, adolescencia, edad adulta y vejez) y en distintos contextos (familia, escuela, comunidad). La educación social pone el énfasis en empoderar a las personas, dotándolas de herramientas para gestionar sus emociones y relaciones de manera saludable, esto se traduce en el desarrollo de talleres y charlas desde una perspectiva vivencial para concienciar e involucrar a las personas.
4. Apoyo en la terapia familiar
En muchos casos, los problemas psicológicos no solo afectan al individuo, sino que tienen un impacto directo en la dinámica familiar. Podemos trabajar con las familias para mejorar las relaciones entre sus miembros, fomentar la comunicación y resolver conflictos. Nuestro enfoque educativo ayuda a que las familias comprendan mejor la situación que enfrentan y encuentren estrategias para afrontarla de manera positiva.
5. Mediación y resolución de conflictos
Otro de los campos de acción de la educadora social en un gabinete de psicología es la mediación en conflictos. Ya sea en el ámbito familiar, escolar o comunitario, la educadora social acompaña para facilitar el diálogo entre las partes involucradas, ayudando a resolver disputas y tensiones de manera constructiva. La mediación no solo contribuye a la resolución de conflictos, sino que también previene la aparición de nuevas problemáticas emocionales y psicológicas.
6. Trabajo en red y coordinación interdisciplinaria
La educadora social también tiene una función clave en la coordinación con otros y otras profesionales y recursos del entorno. En el contexto de un gabinete de psicología, puede encargarse de establecer vínculos con centros educativos, servicios sociales, entidades sanitarias y organizaciones comunitarias, lo que permite un enfoque más integral y efectivo para abordar las necesidades de las personas. Esta red de colaboración es fundamental para garantizar una intervención completa, abarcando no solo el tratamiento psicológico, sino también los factores sociales y educativos que afectan al individuo.